Ricas e impresionantes andas realizadas entre los años 1962 y 1966 por el prestigioso taller de Guzmán Bejarano y que suponen una de las creaciones más afortunadas de este genial tallista. Los caladísimos respiraderos y altos candelabros de primorosa ejecución hacen de este paso uno de los más destacados de las glorias hispalenses, según los escritos de Juan Martínez Alcalde.
Ejecución
El 1 de marzo de 1962 se encargaron cuatro candelabros de siete luces, por 8.000 pesetas el juego, sin incluir dorado. Hasta entonces la Hermandad venía usando una vieja parihuela, que fue vendida a la Asociación Salesiana de María Auxiliadora de San Vicente, la cual más tarde la sustituyó por otro paso nuevo. Los candelabros ya salieron a la calle aquel año 1962.
El 7 de febrero de 1963 se da presupuesto para dos candelabros laterales de cuatro luces, por 3.800 pesetas cada uno; pero como estas piezas no eran imprescindibles, su hechura se demora hasta el año siguiente.
El 30 de mayo de 1963 se aborda por fin las andas definitivas, al encargar un juego de respiraderos y maniguetas en Pino Flandes, teniendo los respiraderos un mínimo de grueso de 5 cms. y en las partes más salientes de 8 a 10 cms. Todo ello por 20.000 pesetas, dorado aparte. Estos respiraderos, maravillosa obra de filigrana donde volutas y roleos alcanzan la transparencia sinuosa de un encaje, ya salieron a la calle aquel año 63, a falta de oro, estofado y bruñido.
En septiembre de 1964 se estrenan los dos candelabros laterales de cuatro luces y el dorado de los respiraderos, quedando completa la primera fase de los trabajos.
El 4 de julio de 1966 se contrata la hechura de la peana, también en madera de Pino Flandes, de 70 mm y piezas de suplemento de 50 a 70 mm. Precio: 45.000 pesetas. Esta peana es de porte auténticamente monumental y queda varios años sin dorar, hasta que el 12 de mayo de 1973 se hace contrato por 105.000 pesetas para dorarla con oro fino San Luís, incluyendo la restauración de la misma y de los respiraderos.
Los faldones son en pana granate y llevan una orla de recortes dorados, a imitación de los que guarnecen el paso de la Macarena. Fueron realizados por el hermano don Antonio Rincón Galicia, quien los terminó en 1963.
Restauraciones
En 1989 los candelabros fueron llevados a Artesanía Arosa para ser restaurados y dorados de nuevo.
En 2003 dio comienzo, en su primera fase, la restauración de los respiraderos, a cargo del taller de sobrinos de Antonio Díaz Fernández. Tras la actuación y reparación de la talla, estaba previsto que salieran en madera. En 2006 el convenio del Consejo con Caja San Fernando otorgó una subvención de 1.700 euros para restaurar el paso en el taller de Sobrino de Antonio Díaz. Por ese mismo tiempo, más o menos, se volvería a dorar completo el respiradero delantero. En 2008 se doraron los pinjantes o mensulillas alargadas que separan los recuadros en los respiraderos laterales. En 2009 se estrenó el dorado de pinjantes del respiradero trasero a cargo del taller de dorado de Antonio Díaz.
Actualmente, el proceso de restauración se encuentra paralizado debido a la falta de fondos, quedando por dorar los respiraderos laterales y la trasera, junto a las cuatro maniguetas que llevan varios años sin salir a la calle debido a su mal estado de conservación.