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Ntra. Sra. de las Mercedes CoronadaReferencia artística

Titular de la Hermandad y de la Capilla, Patrona del barrio de la Puerta Real. Esta imagen debe su aspecto actual a Luís Álvarez Duarte, quien la remodeló sustancialmente en 1969 cuando este artista contaba la jovencísima edad de 20 años, adquiriendo entonces la fisonomía que hoy ofrece. La restauró nuevamente en el 2000.

En su precedente aspecto era de autor desconocido, más devota que artística, pero con una cierta e ingenua dulzura. Tiene tamaño menor del natural. Va un poco inclinada hacia adelante como las Dolorosas de Semana Santa, pero con expresión sonriente y grandes ojos negros, que destacan mucho dentro del menudo óvalo de su cara.

Destaca el detalle importante de que es una de las pocas Vírgenes de Gloria procesionales que no muestran al Niño Jesús en sus brazos. En la delantera del paso sí aparece un Niño exento; su cabeza fue también renovada por Duarte, pero ni en tamaño ni en estilo se corresponde con la figura de la Virgen.

La gran devoción que suscita, se apoya sobre la circunstancia de que su capilla constituye uno de los escasos «tabernáculos públicos» que aún quedan en nuestra ciudad, siendo a su barrio lo mismo que la Pura y Limpia al Postigo.

Restauraciones: En 2000 el Convenio con la Caja San Fernando otorgó una ayuda de 200.000 pts. y Álvarez Duarte vuelve a intervenir en la imagen para un proceso estrictamente de resanamiento y conservación. Tras dos meses de duración, las tareas quedaron concluidas el 12 de septiembre, con antelación suficiente para los cultos de la Virgen, justo cuando el día 24 se le iba a imponer la medalla de oro de la Ciudad.

Iconografía

La Santísima Virgen aparece de pie con las manos abiertas, en la típica posición de las dolorosas. En la mano derecha porta el cetro y en la izquierda habitualmente el rosario y una azucena. Aparece ataviada con corona, ráfaga y media luna.

Hasta el año 2013, la Virgen carecía de los atributos propios de la iconografía de la Merced que por influjo quizá de las mismas dolorosas de Semana Santa, esta efigie abandonó a finales de los años 60.

Durante la salida procesional la Virgen lleva el escapulario mercedario, escapulario de mano, manto blanco y en su mano izquierda, unos grilletes. Al reservarse estos elementos para el día de la procesión, el resto del año la Virgen aparece vestida con el resto del ajuar que posee en diferente tonalidades según el tiempo litúrgico y sin perder por lo menos el escapulario de mano en el lado derecho y los grilletes en el izquierdo.