2015, año de San Pedro Nolasco
La Orden de Las Merced sigue caminado hacía el octavo centenario de su fundación, que tendrá lugar en 2018. Ocho siglos que desde Roma, una comisión organizada para la ocasión, está poniendo a punto todo para que sea una magna celebración.
Como camino preparatorio, y de acuerdo a los actos conmemorativos, se van a dedicar los tres años previos al aniversario a los tres pilares fundamentales de la Orden. Un triduo preparativo al año Jubilar que se avecina.
2015 estará dedicado a San Pedro Nolasco, fundador de La Merced en 1218; 2016 será el año de Nuestra Madre, la Virgen de la Merced; y 2017 estará centrado en Cristo Redentor. Un camino con tres paradas en los que merece la pena detenerse, meditar, reflexionar y conocer en profundidad.
Comenzamos el año 2015 teniendo muy presente a la figura de San Pedro Nolasco, titular de Nuestra Hermandad y que tenemos representado en una bella imagen situada en una de las hornacinas del lateral de nuestra capilla. Tenemos 365 días por delante para centrarnos en su vida y en su obra como padre fundador de los mercedarios.
A continuación adjuntamos la carta emitida el 29 de noviembre de 2014 por la comisión preparatoria del Jubileo de La Merced:
A nuestros estimados hermanos de la Orden de La Merced y Familia Mercedaria:
Ya estamos pisando los umbrales de los ochocientos años de nuestra fundación; las ilusiones que veníamos trayendo desde hace algunos años atrás ya comienzan a florecer; los proyectos van madurando en primorosas realidades. Y es que vamos a empezar nuestras celebraciones jubilares este próximo 17 de enero de 2015, a los 780 años de haber recibido la Confirmación Pontificia de nuestra Orden. Como lo indicaba nuestro último Capítulo General celebrado,
– el primer año, 2015, lo dedicaremos al Patriarca, el servidor bueno y fiel, san Pedro Nolasco;
– el segundo año, 2016, lo dedicaremos a nuestra santísima Madre de la Merced;
– el tercer año, 2017, lo consagraremos a Cristo Redentor,
para finalizar el año 2018 con las celebraciones jubilares en diversas ciudades donde nos encontramos presentes y que han sido fundamentales para la propagación de nuestro Carisma Redentor: Roma, Barcelona y Lima.
Hace ya un siglo atrás, Benedicto XV nos expresaba “Pudiendo decirse con verdad de nuestro Instituto Maiorem caritatem nemo habet, ut animam suam ponat quis pro amicis suis – Nadie tiene mayor caridad que el que da la vida por sus amigos. Que nunca os apartásteis de este intento mientras duró aquel vergonzoso estado de esclavitud, lo demuestra claramente la historia, que ha inmortalizado la memoria de muchos de vuestros religiosos”. Aquel aserto del Pontífice, la Orden lo ha seguido realizando en estos últimos cien años. Prontos a cumplirse los 800 años, podemos afirmar que este carisma ha encontrado causes actuales y comprometidos. Podemos constatar que los mercedarios nos encontramos a gusto con los pobres y los marginados; sean presos, inmigrantes, niños desfavorecidos, mujeres maltratadas, entre otras realidades que atentan contra nuestra fe.
Con enorme satisfacción hemos comprobado que en la Orden hay ilusión por el octavo centenario. Los asistentes hemos traído un gran acervo de iniciativas, proyectos en diferentes formas: de programas festivos, culturales, religiosos, vocacionales; de publicaciones, exposiciones, congresos, peregrinaciones y procesiones. Nos ha sorprendido la rica, variada y numerosa participación para el concurso del himno del octavo centenario. Diecisiete compositores han aportado un florilegio de letras y música referentes a nuestro aniversario fundacional; todas ellas muy estimables pero que forzosamente teníamos que ceñirnos a una, la cual hemos presentado al Maestro General.
Los invitamos a que se aúnan a este sentimiento de alegría y jubilo, no sólo a razón de iniciar las celebraciones de nuestro octavo centenario, sino sobre todo porque somos depositarios de un carisma siempre vivo e inmarcesible. Que la alegría de nuestra consagración religiosa mercedaria sea un clarísimo signo ante los demás de la presencia del espíritu, siempre actual, de nuestro Padre san Pedro Nolasco.
El P. Maestro General y los Religiosos Delegados de la Comisión preparatoria del Jubileo 2018, nos despedimos de cada uno de ustedes por medio de la “Oración jubilar”.